LA MÚSICA EN LA RADIO: SUGERENCIAS BÁSICAS
La realización de un contenido radiofónico conlleva una mezcla de procesos y elementos que intervienen a la hora de comunicar. En RADIO URJC seguimos con la intención de aportar algunas sugerencias y anotaciones que entendemos pueden resultar de utilidad a la hora de construir un contenido. En este mix de elementos hay uno cuya importancia no siempre es reconocida como merece, siendo considerado en más ocasiones de las deseadas como un mero fondo de acompañamiento: nos referimos a la música.
La música puede ser de suma importancia a la hora de formalizar un contenido radiofónico. Conocer bien su utilidad y capacidades puede significar aumentar el éxito y valor del producto.
Como arte que engloba una enorme variedad productiva (desde las más reconocidas bandas sonoras hasta las ráfagas más breves), su utilidad es indiscutible a la hora de elaborar relatos, mundos o contextos informativos, además de por sí misma tener un peso específico capaz de entretener, animar y deleitar al gran abanico de oyentes y gustos.
Antes de entrar en las posibilidades y usos de la música, es ecesario recordar que las músicas con y sin letra no siempre tienen el mismo alcance en su aplicación. Por ello, es oportuno saber bien qué dice la letra (ojo con el idioma), ya que basarse sólo en una melodía sin saber lo que se está diciendo puede ser complicado e incluso “delicado”. Igualmente es interesante indagar en la instrumentación y complejidad de la misma, en el ritmo, en la curva melódica, la duración, estructura y un buen número de elementos que pueden ayudar en gran medida en la concepción del mensaje. Recordad, la música no es un colchón que suena y punto. Esto sería un error enorme. Por tanto, si se desea construir un contenido radiofónico con música de forma solvente, es necesario conocer la utilidad y posibilidades de las herramientas que se van a utilizar.
Entendemos que podrían considerarse dos niveles de uso de la música en el medio radiofónico:
– Cuando desde un programa se pone música como principal contenido de la emisión, se habla de un contenido programático. Esto quiere decir que lo más importante y lo que se quiere dejar en primer plano de atención es la propia música.
. Esto es muy usado en programas musicales y radiofórmulas, donde se reproducen canciones para el disfrute del público.
. También se usa en programas en los que se analiza la música a modo divulgativo. Sigue siendo un contenido principal, por encima de la propia voz en muchos casos.
. Cuando la música es un elemento del lenguaje hablamos de que la usamos para completar el mensaje a transmitir. Es decir, es una música que puede servirnos para ambientar y situar al espectador, para expresar al oyente alguna emoción o situación, para narrar, describir...etc.
Como es lógico, el uso de la música podrá depender del tipo de programa.
Por su parte, las funciones de la música son numerosas y con muy distintas definiciones, por ello, de forma muy básica nos permitimos citar algunas:
1. Función referencial: cuando se utiliza para identificar a un personaje, un lugar, una situación, etc. Puede funcionar como leitmotiv que acompañan a esos escenarios y/o intervinientes en la historia.
2. Función narrativa: se busca reforzar la acción narrada, tanto en ficción como en entretenimiento e información. La música forma parte activa del contenido, convirtiéndose en un integrante del mismo.
3. Función descriptiva: sitúa la historia en un tiempo y espacio. Puede parecer a la narrativa, pero en la intencionalidad está la clave.
4. Función expresiva: la música aquí crea una atmósfera sonora, un clima. Aunque la música en si misma puede conllevar asociaciones, recuerdos, valores…etc., en el presente caso se busca de forma intencionada el refuerzo emocional.
5. Función programática: cuando la música es el contenido central del programa en ese momento o durante toda su duración.
6. Función sintáctica: cuando la música se usa a modo de signos de puntuación. Esto quiere decir que organiza el contenido en sus diversas formas (con ráfagas, sintonías, caretas...).
En realidad, esta y otras clasificaciones dan nombre organizativo a un uso que en muchas ocasiones sólo requiere de cierto sentido común, sensibilidad y conocimiento de lo que se hace y de lo que se busca.
En definitiva, la música es un lenguaje sonoro con sentido en sí mismo cuyas posibilidades a nivel comunicativo dependerán en gran medida del trabajo previo a su utilización.