LAS PERSONAS CON COVID-19 PERSISTENTE PUEDEN TENER MAYOR RIESGO DE TROMBOS, SEGÚN UN ESTUDIO
Un estudio publicado en la revista 'Blood Advances' ha descubierto que las personas que padecen COVID de larga duración podrían enfrentarse a un mayor riesgo de coagulación sanguínea anormal, especialmente las personas con dificultades para realizar ejercicio básico más de 12 semanas después de su infección por COVID-19.
Esta nueva investigación pone sobre la mesa una perspectiva novedosa sobre los posibles mecanismos que surgen a raíz de los efectos a largo plazo de una infección por COVID-19. En particular, ofrece información sobre el daño producido en las células que recubren los vasos sanguíneos después de haber pasado la enfermedad.
La autora del estudio, Nithya Prasannan, del Departamento de Hematología del University College London Hospital, explica que por definición, “este síndrome se produce cuando se experimentan síntomas relacionados con el COVID mucho tiempo después del inicio de la infección que no podemos atribuir a ninguna otra causa o diagnóstico”. Y añade que el estudio ofrece “pruebas clínicas y de laboratorio para empezar a entender por qué algunas personas experimentan síntomas prolongados de COVID".
Para realizar la investigación, el equipo dirigido por la doctora Melissa Heightman evaluó entre julio de 2020 y mayo de 2021 a las personas de una clínica ambulatoria Post-COVID. En la evaluación, midieron los marcadores de coagulación sanguínea anormales analizando los niveles relativos de dos proteínas en el organismo.
Las dos proteínas analizadas fueron: la proteína Von Willebrand (FVW), una pieza clave en la coagulación de la sangre; y la ADAMTS13, otra proteína que se encarga de cortar o empalmar el FVW para evitar que obstruya los vasos sanguíneos. Si durante el análisis de los datos, había una cantidad significativamente mayor de VWF que de ADAMTS13 en el torrente sanguíneo, el equipo de investigadores caracterizaba a los pacientes como en un estado pro-trombótico.
Asimismo, y con el objetivo de ver qué relación podía tener la coagulación de la sangre con las dificultades para realizar un ejercicio básico, los participantes del estudio también completaron pruebas de ejercicio. Realizaron actividades cronometradas como caminar sobre una superficie plana y pasar de forma repetida de estar sentado a estar de pie. Todo ello, siendo monitorizados con máquinas de oxígeno.
Para entender mejor los resultados de la investigación, cabe destacar que cuando se está realizando un ejercicio, el cuerpo convierte la glucosa en energía utilizando oxígeno. Sin embargo, cuando los niveles de oxígeno son más bajos o se agotan, el cuerpo comienza a producir lactato, que puede convertirse en energía sin oxígeno.
Los resultados evidencian que los pacientes que mostraban una disminución significativa de los niveles de oxígeno mientras hacían ejercicio, experimentaban una subida de lactato por lo que podía concluirse que su capacidad para hacer ejercicio estaba deteriorada. Además, los científicos descubrieron que los pacientes con niveles elevados de coagulación en sangre también tenían cuatro veces más probabilidades de tener una capacidad de ejercicio deteriorada.
La autora del estudio, la doctora Parsannan, ha compartido su deseo de que "la gente vea esta investigación como un paso adelante en la comprensión de las causas de un COVID prolongado”, algo que según la doctora “ayudará a orientar las futuras opciones de tratamiento”.
También ha hecho hincapié en la importancia de participar en este tipo de ensayos: “Animo a las personas que padecen COVID de larga duración a que participen en los ensayos clínicos cuando estén disponibles, porque cuantos más datos tengamos, mejor podremos entender esta afección".
Elena Vivar