LA SALUD MENTAL EN ESPAÑA ¿UNA PANDEMIA INVISIBLE?
En los últimos meses los casos de pacientes de salud mental se han disparado como consecuencia de la pandemia provocada por la covid, aunque la realidad es que, pese a que en, estos momentos está teniendo mucha más repercusión, sus antecedentes son anteriores al coronavirus.
Actualmente, ir a terapia o hablar de los trastornos mentales, está dejando de ser percibido como algo negativo, pese a no abandonar la idea de ser una consecuencia de que hay un problema que debe ser tratado. Un estudio llevado a cabo por el INE a mediados de 2020, exponía que había en España 2,1 millones de personas con un diagnóstico de depresión. Si observamos la cifra de pacientes con un cuadro grave, alcanza las 230.000 personas. Además, el CIS, añadió a esto que el porcentaje de mujeres con esta patología (7,1%) duplica a la de hombres (3,5%).
Algunos profesionales como Juan de Antequera, psicólogo clínico en un hospital madrileño expresa que, los pacientes más recurrentes a asistir a terapia son los jóvenes, las mujeres ym las personas que se encuentran en una situación económica desfavorable. Respecto a estos últimos, añade que son los más propicios a recibir una prescripción farmacológica al no poder permitirse en la mayoría de casos pagar una terapia privada. La relación entre los fármacos y la terapia radica en que el tratamiento a través de medicación, da una solución rápida y de manera gratuita a través de la sanidad pública que, sin embargo, no es factible en la sanidad privada, donde el precio de las terapias en ocasiones no es accesible para personas en situación de vulnerabilidad.
Otros profesionales, como Juan Luis Mendíevil observa que hay una parte positiva dentro de que la pandemia provocada por la Covid haya permitido visibilizar que existen los trastornos mentales, ya que es una realidad, afirma el doctor, que ya existía mucho antes de que llegase el coronavirus. La diferencia es que ahora, al haberse extendido, está mucho más presente.
La historia de V, publicada por el periódico El País, muestra una realidad que pese a ser un caso personal, no se trata de ningún caso aislado. V, es una enfermera de un hospital público de la Comunidad de Madrid, que acudió a la consulta del doctor Juan de Antequera tras experimentar un episodio de estrés postraumático tras la primera ola de la pandemia. Durante los primeros meses, sobre todo, en el confinamiento, experimentó episodios de estrés, aunque la situación, complicada para todos los sanitarios, provocó que actuase en “piloto automático”. Tras meses de lucha constante, a finales de 2020, su médico le concede la baja laboral y comienza entonces su proceso de recuperación. Un año después, V, sigue sin poder volver a su hospital.
Tras la vista del testimonio, son muchas las preguntas que se tornan alrededor de este problema, y por ello, una psicóloga profesional, graduada en Psicología por la Universidad de Granada y que actualmente cursa un máster de psicología clínica ha declarado para este medio su visión profesional sobre lo que piensa acerca de la visibilización de la salud mental, expresando que “en el momento en que al tener un problema de salud mental no te sientes diferente, es más fácil pedir ayuda, porque sientes que lo que te está pasando es algo igual de importante que un problema de salud física”.
Además, añadía respecto a la cuestión de la involucración de los más jóvenes en el tratamiento de la salud mental, expresaba que “ha habido un cambio generacional en el que vemos como en las redes sociales se habla de ansiedad, se habla de salud mental y nosotros mismos a nivel individual hablamos con personas y cuentan que van al psicólogo con total naturalidad” algo que nos cuenta, también se ha visto retroalimentado por la educación que ha recibido esta generación.
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Eva Criado