DESCUBREN CÓMO LOS PECES ELÉCTRICOS DESARROLLAN ÓRGANOS CON ELECTRICIDAD
Un estudio publicado en la revista 'Science Advances' ha descubierto la explicación de cómo los peces eléctricos desarrollan órganos eléctricos. Esta nueva investigación podría ayudar a los científicos a identificar las mutaciones genéticas que están detrás de algunas enfermedades humanas.
La anguila eléctrica es una de las especies que tienen órganos eléctricos, estos son los encargados de reconocer a otros peces eléctricos por especie, sexo e incluso individuo.
Los órganos eléctricos surgieron fruto de la evolución entre especies, en concreto de una peculiaridad genética. Todos los peces tienen versiones duplicadas del mismo gen que produce pequeños motores musculares, llamados canales de sodio.
Para poder crear órganos eléctricos, esta especie de peces desactivaron un duplicado del gen del canal de sodio en los músculos y recondujeron a otras células. Los diminutos motores que en otros animales y especies provocan que los músculos se contraigan, en este caso se reutilizaron para generar señales eléctricas, y de esta forma surgió un nuevo órgano con capacidades luminiscentes.
El profesor de neurociencia y biología integradora en la Universidad de Texas (Estados Unidos) y autor correspondiente del estudio, Harold Zakon, señala que se trata de un descubrimiento emocionante ya que pueden “ver cómo un pequeño cambio en el gen puede cambiar completamente dónde se expresa".
El equipo de investigadores de la UT Austin y de la Universidad Estatal de Michigan han descubierto una breve sección de este gen del canal de sodio que controla si el gen se expresa en una célula determinada.
Tras numerosos análisis, confirmaron que, en los peces eléctricos, esta región de control está alterada o falta por completo. Y por esta razón, uno de los dos genes del canal de sodio está desactivado en los músculos de los peces eléctricos.
Por otro lado, descubrieron que las dos especies de peces eléctricos existentes tenían características diferentes. La especie de África tenían mutaciones en la región de control, mientras que los peces eléctricos de Sudamérica la habían perdido por completo. Aun así, ambos grupos llegaron a la misma solución para desarrollar un órgano eléctrico y fue: perder la expresión de un gen del canal de sodio en el músculo. Eso sí, los caminos para llegar al mismo resultado fueron diferentes.
"Si se rebobinara la cinta de la vida y se le diera al play, ¿funcionaría la evolución de la misma manera una y otra vez?", se preguntaron los investigadores. La respuesta la encontraron en los peces eléctricos. Estas especies "han evolucionado repetidamente con estos increíbles rasgos”. Y aunque parezca un descubrimiento de una materia muy específica, sus implicaciones van mucho más allá de la evolución de los peces eléctricos.
"Esta región de control se encuentra en la mayoría de los vertebrados, incluidos los humanos”, comenta Zakon. Por ello, “el siguiente paso en términos de salud humana sería examinar esta región en las bases de datos de genes humanos para ver cuánta variación hay en las personas normales y si algunas supresiones o mutaciones en esta región podrían conducir a una menor expresión de los canales de sodio, lo que podría dar lugar a enfermedades".
Elena Vivar