ESTUDIAN CUÁL ES EL RIESGO DE CONTAGIO POR COVID-19 EN TRENES Y METROS
Investigadores de la Universidad de Cambridge y el Imperial College de Londres han conseguido demostrar cómo las enfermedades transmitidas por el aire, como el COVID-19, se propagan a lo largo de un vagón de tren. Además, han descubierto que no existe un "punto más seguro" para que los pasajeros minimicen el riesgo de transmisión.
Esta nueva investigación se ha basado en el desarrollo de un modelo matemático para ayudar a predecir el riesgo de transmisión de enfermedades en un vagón de tren. Los resultados han revelado que, sin sistemas de ventilación eficaces, el riesgo es el mismo a lo largo de todo el vagón.
Este modelo matemático fue puesto a prueba mediante un experimento controlado en un vagón de tren real, y demostró también que las máscaras son más eficaces que el distanciamiento social para reducir la transmisión, en especial en los trenes que no están ventilados con aire fresco.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista 'Indoor Air', y demuestran, por un lado, lo difícil que es para los individuos calcular el riesgo absoluto, y por otro, lo importante que es para los operadores de trenes mejorar sus sistemas de ventilación.
"Para mejorar los sistemas de ventilación, es importante entender cómo se propagan las enfermedades transmitidas por el aire en determinados escenarios, pero la mayoría de los modelos son muy básicos y no pueden hacer buenas predicciones”, señala el primer autor, Rick de Kreij, que realizó la investigación mientras trabajaba en el Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de Cambridge.
"Hay muchos factores diferentes que pueden afectar al riesgo de transmisión en un tren: si la gente en el tren está vacunada, si llevan máscaras, la cantidad de gente que hay, etc”, indica Kreij.
Aun así, los investigadores han podido comprobar que el movimiento del aire es más lento en la parte central del vagón. Y, por lo tanto, "si una persona infecciosa se encuentra en el centro del vagón, es más probable que infecte a otras personas que si se encuentra al final del vagón”, apunta Kreij. “Sin embargo, en un escenario real, la gente no sabe dónde se encuentra una persona infecciosa, por lo que el riesgo de infección es constante independientemente del lugar del vagón en el que se encuentre", añade.
A pesar de la imposibilidad de determinar si los pasajeros comparten vagón con una persona infecciosa, los investigadores recomiendan a los pasajeros que para mantenerse a salvo usen “una mascarilla de alta calidad, que no sólo te protegerá del COVID-19, sino de otras enfermedades respiratorias comunes", y apuntan que "el distanciamiento físico no es el método más eficaz, pero funciona cuando los niveles de capacidad están por debajo del 50%”.
Elena Vivar