TIEMPOS MODERNOS: LAS REDES SOCIALES, LA DROGA DEL S.XXI
La mayoría de personas pasan al día un promedio de 2 horas y 25 minutos según el último informe anual sobre redes sociales que publica DataReportal. Pero la cuestión es ¿se es consciente del tiempo real que cada persona invierte de manera individual?
Las cifras de consumo de contenido en redes sociales de los jóvenes han experimentado subidas significantes, durante el pasado año 2021. La más beneficiada en este aspecto ha sido Instagram, con un aumento de un 45% de 2020 a 2021 pasando de 69 minutos al día a 100, sólo en esta plataforma. Si se observan las cifras globales, estas se disparan. TikTok se lleva el premio a la red social que más ha crecido durante el último año y se ha convertido en la red social más usada por los jóvenes y también la que menor media de edad registra, habiendo aumentado en un 76% su uso entre menores de edad.
Estos datos revelan que, en general, la sociedad del siglo XXI y en especial la generación Millenials y Z, conocidos como los nativos digitales, invierten gran parte de su tiempo en el uso de las redes sociales. Por ello es importante conocer también los peligros que estas plataformas pueden traer como consecuencias de su uso excesivo. La principal es la pérdida de la autopercepción o la falsa autopercepción al mostrar una imagen a través de las redes sociales que no se corresponde con la imagen real. Normalmente, esto se traduce en una falta de autoestima y de seguridad que genera prejuicios a nivel psicológico. El hecho de que a través de las redes sociales se pueda premeditar el contenido a generar hace que en el cara a cara las habilidades sociales disminuyan o sean más complicadas.
La necesidad de ser aceptado/a en un entorno se vuelve más importante que nunca en este contexto digital. Se tiende a la imitación y a la publicación de unos contenidos similares a los de la comunidad digital que cada individuo tiene en sus redes. El objetivo es sentirse incluido dentro de un grupo cuyas dimensiones en ocasiones se desconocen para ejercer un refuerzo positivo de la imagen que se muestra al exterior. Además, existe otra necesidad derivada de esto que se genera a través de las interacciones en forma de “me gusta” o de reacciones, de manera que cuánto más impacto generen estas, más satisfacción sentirá el usuario respecto a su perfil.
Otro factor es la dependencia hacia los demás que se genera en un contexto en el que nunca se está del todo solo, ya que los usuarios sienten que de alguna manera siempre se encuentran acompañados por las personas con las que interactúan de manera virtual. Cuando esto no sucede, el sentimiento de soledad se acentúa y aparecen de nuevo problemas de autoestima ocasionados por esa soledad y por un sentimiento de falta de apoyo por tu comunidad.
Si bien es cierto que la tecnología ha producido ventajas innegables y que a día de hoy nos han definido como sociedad, es necesario concienciar y advertir de los peligros que puede traer consigo su uso inapropiado. Algunos estudios hablan de las redes sociales como “la droga del siglo XXI” por los índices de adicción que generan. El más conocido es el síndrome de fear out missing que en su traducción viene a ser el miedo por perderse cosas durante el tiempo que se está desconectado.
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Eva Criado