TORMENTAS DE CITOCINAS: QUÉ SON Y CÓMO INFLUYEN EN EL COVID-19
Cuando un virus entra en el organismo, la respuesta normal es que el sistema inmunitario ataque al invasor y posteriormente retroceda. Sin embargo, no siempre es así. En ocasiones el sistema inmune genera una reacción tan sumamente exagerada que acaba atacando a los propios órganos y puede llegar a provocar la muerte.
Existen diferentes variantes que se dan en distintos escenarios y condiciones como infecciones, genes defectuosos o desordenes autoinmunes que hacen creer al cuerpo que sus propios tejidos son los invasores. Todos los tipos reciben el nombre de “tormenta de citocinas”, también denominada citoquinas, y se denomina de esa manera porque estas inundan el torrente sanguíneo generando una reacción inmunológica hiperactiva.
Los primeros casos de COVID-19 grave que llevaron a provocar una tormenta de citocinas se registraron en China, cerca del epicentro de la pandemia. Médicos de Wuhan informaron que en un estudio de 29 pacientes con infecciones de COVID-19 grave se registraron niveles más altos de las citocinas IL-2R e IL-6. Las citocinas IL-6 también fueron indicadores tempranos de una respuesta similar a la de la tormenta de citocinas en un análisis realizado por médicos de Cantón (China) a un total de 11 pacientes.
Asimismo, otro equipo de investigadores que analizaron 150 casos en Wuhan, descubrió que una variedad de indicadores moleculares para una tormenta de citocinas (entre los que se encontraban PCR, ferritina y la citocina IL-6), eran más altos en los que fallecieron que en los que sobrevivieron. Inmunólogos de Hefei (este de China), notificaron resultados similares entre pacientes que murieron, encontrando altos niveles de células inmunes activas y dañinas que arrojan niveles de citocinas peligrosas a la sangre de pacientes que requirieron cuidados intensivos por infección de COVID-19.
Roberto Caricchio, jefe de reumatología de la Universidad de Temple en Filadelfia, en declaraciones para la BBC, admite haber visto “muchos pacientes” en los que las tormentas de citocinas han causado estragos. Y aunque por el momento no tienen datos precisos, afirma que una "fracción considerable", entre el 20 y el 30%, de los pacientes con casos graves y síntomas pulmonares tienen signos de tormenta de citocinas.
Las citocinas o citoquinas son unas pequeñas proteínas cuyo objetivo es hacer de mensajeras del sistema inmune. Cuando aumentan su actividad y se vuelven demasiado abundantes, el sistema inmunológico no puede actuar de manera normal, es decir, no puede atacar al invasor y luego retroceder, por lo que entra en un estado de constante actividad, lo que hace que las células inmunes se propaguen más allá de los tejidos infectados y comiencen a atacar a los tejidos sanos. Esto provoca que agredan a los glóbulos rojos y blancos, dañando así el hígado. Las paredes de los vasos sanguíneos permiten la entrada a estas células para que penetren en todos los tejidos circundantes. Los vasos sanguíneos llegan a tener tantas filtraciones que los pulmones pueden encharcarse y la presión sanguínea baja. También comienzan a formarse coágulos de sangre en el cuerpo, lo que provoca que el flujo sanguíneo sea cada vez más deficiente. Cuando la sangre no es capaz de llegar a los órganos, el cuerpo puede llegar a entrar en estado de shock e incluso llegar a la muerte.
Randy Cron, reumatólogo e inmunólogo pediátrico de la Universidad de Alabama en Birmingham (EE.UU.) y coeditor del libro Cytokine Storm Syndrome ("Síndrome de Tormenta de Citocinas"), aseguraba a la BBC que: “El Covid-19 es, tal vez, una tormenta de citocinas relativamente única". Los niveles de coagulación sanguínea superan los limites vistos en otras condiciones de tormenta, pero los valores de ferritina no van a la par, no llegan a valores tan altísimos. Además, las células inmunes atacan a los pulmones con tanta violencia que generan un tejido cicatricial llamado fibrosis.
Entre las diversas formas de tratar este tipo de reacciones inmunológicas está el uso de esteroides. Sin embargo, Cron afirma que en el caso del COVID-19 todavía no está claro si los esteroides son beneficiosos o dañinos.
Algunos investigadores han comenzado varios ensayos clínicos de bloqueadores de citocinas en pacientes con COVID-19. El tocilizumab se utiliza normalmente para tratar la artritis y aliviar las tormentas de citocinas en pacientes con cáncer. En febrero, un grupo de médicos de dos hospitales de la provincia de Anhui, en el este de China, lo probaron en 21 pacientes con covid-19 grave o crítico. La fiebre y otros síntomas se redujeron sustancialmente en unos pocos días y diecinueve pacientes fueron dados de alta en aproximadamente dos semanas.
Grant Schulert, reumatólogo pediátrico en el Centro del Hospital Infantil de Cincinnati dice que "el mayor truco en la tormenta de citocinas es reconocerla". Él, Caricchio y Cron, aseguran que la mejor manera de tratar estas tormentas de citocinas por COVID-19 es adelantándose a ellas y por eso recomiendan que a todos los pacientes que sean ingresados con un cuadro grave de la enfermedad se les realice una prueba de ferritina en la sangre. "Si tu sistema inmunológico te está matando, entonces necesitas hacer algo", afirma Cron.