COMIENZAN A INVESTIGAR EN ESPAÑA LOS POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS DE LAS VACUNAS CONTRA EL COVID-19 EN LA MENSTRUACIÓN
Menstruaciones más abundantes, sangrados fuera de fecha o retrasos. Los cambios en la regla como síntoma de la vacuna contra el COVID-19 han comenzado a investigarse en España gracias a un estudio de la Universidad de Granada y el Hospital Universitario San Cecilio. Los expertos remarcan que estos efectos secundarios acaban desapareciendo a corto plazo y no entrañan ninguna gravedad.
Varias profesionales sanitarias del Hospital Virgen de las Nieves (Granda) habían experimentado cambios en sus reglas tras administrarse la vacuna contra el COVID-19, en marzo de 2020. Laura Cámara Roca, matrona del mismo hospital lanzó una encuesta en redes sociales para poner en común estos síntomas y saber si se estaban o no produciendo en el resto de mujeres vacunadas.
El interés que despertó esta encuesta fue lo que motivó el proyecto de investigación de la Universidad de Granada y el Hospital Universitario San Cecilio. Liderado por Laura Baena García, investigadora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada, el estudio científico, denominado Proyecto EVA, trata de evaluar si la vacunación está asociada con esta consulta cada vez más frecuente de trastornos menstruales.
"Lo más frecuente es que haya un aumento del sangrado en las siguientes reglas posteriores a la administración de la vacuna" ha declarado Baena a Canal Sur. Aunque también se han registrado otros síntomas como periodos más largos, retrasos o reglas más dolorosas.
El estudio se divide en tres apartados. El primero es un cuestionario online que ya ha sido respondido por cerca de 14.000 mujeres y que esperan cerrar en septiembre. Los datos no son definitivos y aún no han sido publicados, pero lo que se sabe hasta ahora es que más del 70% de las mujeres que han participado afirman haber presentado cambios en su regla tras la vacunación. Entre los cambios refieren: aumento del sangrado, sangrado más frecuente y retrasos en la menstruación.
La segunda parte de la investigación se centra en realizar un seguimiento durante un año y desde antes de la vacunación a más de 100 mujeres, para que si se presentan trastornos se puedan caracterizar. Por el momento, cerca del 30 % de las mujeres a las que se está realizando el seguimiento han notificado la presencia de algún tipo de alteración. Por último, la tercera rama del Proyecto EVA tiene como objetivo investigar el mecanismo biológico que pudiese estar causando los síntomas registrados. Para ello, se están llevando a cabo análisis de sangre a un subgrupo de mujeres antes vacunarse, entre la primera y la segunda dosis, y tras completar la pauta.
En Reino Unido también se han notificado trastornos en la menstruación después de haber inoculado la vacuna contra el COVID-19. La iniciativa Yellow Card de Reino Unido que posibilita que la gente pueda informar voluntariamente de los efectos secundarios de cualquier medicamento ha constatado que cerca de 30.000 mujeres han experimentado alteraciones en su ciclo menstrual tras inocularse la vacuna el SARS-CoV-2. La doctora Victoria Male, inmunóloga especializada en reproducción del Imperial College de Londres explica en el British Medical Journal que los cambios no entrañan un riesgo alto para las apcientes y son de corta duración, pero afirma que “es crucial investigar por qué sucede esto”.
En España, hasta la fecha, el 73,3 % de la población tiene al menos una dosis de alguna de las vacunas aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA): Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Sin embargo, ninguna de estas vacunas recoge en sus prospectos el riesgo de alteraciones menstruales como posible efecto secundario tras su administración. "La reivindicación no es si la vacuna causa un efecto secundario grave (que no es así), sino que, si las mujeres notamos cambios en el ciclo menstrual deberían ser registrados como síntoma, de la misma forma que se hace si hemos tenido febrícula, nos encontramos cansados o si la vacuna provoca dolor en el brazo", explica Laura Cámara al diario Público.
La literatura científica que versa sobre los efectos secundarios de la vacunación en la salud reproductiva de la mujer es muy escasa. Así lo refleja precisamente un estudio publicado recientemente por la revista Nature Communications: solo un 21,2% de las investigaciones científicas sobre el SARS-COV-2 hacen mención al género como criterio de selección y únicamente el 17,8% de los 45 ensayos clínicos relacionados con COVID-19 publicados en revistas científicas hasta el 15 de diciembre de 2020 presentan los resultados desglosados por sexo.
Esto quiere decir que la sintomatología que pueden sufrir las personas que menstrúan no es recogida por la mayoría de estudios sobre los efectos adversos de las vacunas. A pesar de que el 77 % de efectos secundarios de las vacunas contra el SARS-CoV-2 notificados a la EMA se han producido en mujeres. “Las mujeres reportan siempre más efectos secundarios en las vacunaciones, porque tienen un sistema inmunitario muy diferente al del hombre, mucho más potente y que desata muchas más reacciones autoinmunes, biológicamente hablando", explica al Público Carmen Valls, endocrinóloga especializada en medicina con perspectiva de género.