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¿Alguna vez te has preguntado por qué nos pintamos las uñas o de dónde viene esta costumbre? Hoy viajamos por la historia de la manicura, desde los faraones hasta el nail art en Instagram.
La palabra manicura proviene del latín manus (mano) y cura (cuidado), y aunque hoy la asociamos a belleza y moda, su historia se remonta a miles de años atrás y tiene raíces mucho más profundas.
En el Antiguo Egipto (3500 a.C.), las uñas no solo se decoraban, sino que los colores representaban el estatus social. Los tonos vivos y dorados eran exclusivos de la realeza, mientras que las clases bajas solo podían llevar colores claros o al natural. Cleopatra usaba henna para teñir sus uñas de tonos rojizos oscuros.
En Babilonia, incluso los guerreros pintaban sus uñas antes de la batalla. Usaban kohl y polvos oscuros como símbolo de fuerza y distinción militar.
En la China imperial, especialmente durante la dinastía Ming, las uñas largas, a veces reforzadas con fundas de oro o plata, eran signo de nobleza. Las mujeres utilizaban pigmentos naturales hechos de clara de huevo, cera de abeja y pétalos de flores.
Ya en el siglo XIX, la manicura comenzó a profesionalizarse con la invención del palillo de naranjo, y se introdujeron tijeras y limas para modelar las uñas. En 1917, la marca Cutex revolucionó el mercado lanzando el primer esmalte de uñas líquido, basado en un compuesto utilizado en la pintura de coches.
Pero fue en 1932, con la fundación de Revlon, cuando llegó el gran cambio: introdujeron esmaltes con pigmentos, lo que permitió una gama mucho más variada de colores.
Los años 60 y 70 trajeron innovaciones como la manicura francesa, la aparición de esmaltes nacarados y fluorescentes, y en los 80, la explosión del nail art en diferentes estilos.
Ya en los 90, se introdujeron técnicas como las uñas de acrílico, la fibra de vidrio y el uso del aerógrafo en las decoraciones. Y en 2016, aparecieron los sistemas de gel en tres pasos, famosos por su duración y acabado profesional.
En los últimos años, el nail art 3D, los esmaltes con efectos, y la manicura como forma de expresión se ha convertido en tendencia. Gracias a las redes sociales, las uñas son hoy un auténtico lienzo.
Aprovecho para hacer un repaso de algunas de las tendencias en uñas que están marcando este verano, por si te animas a probar algo nuevo:
- Amarillo mantequilla: este color suave y alegre está arrasando. Queda espectacular por sí solo, pero si lo combinas con detalles en rosa o azul, el resultado es aún más bonito.
- Estampado de azulejo mediterráneo: elegante y fresco, este diseño se adapta a todos los estilos. Puedes optar por versiones sencillas o lanzarte con uñas muy elaboradas.
- Estrellas: comenzaron a principios de año y siguen muy presentes.
- Manicura francesa reinventada: las clásicas francesas no pasan de moda, pero ahora se reinventan. Las vemos combinadas con uñas lisas, nail art, colores neón o en su versión más básica, puntas blancas. Eso sí, lo último es llevarlas en colores distintos en cada uña.
Así que, la próxima vez que veas unas uñas pintadas, recuerda que detrás de esos colores y diseños hay miles de años de historia, cultura y evolución. De símbolo de poder, estatus o rebeldía, hasta convertirse en una forma de arte y expresión.
Las uñas han contado historias, y lo siguen haciendo.